¿Trendy o mamarracha? Así llevan las chaquetas los millennials
Para el próximo invierno, los abrigos se dejan caer... sobre los hombros. Una tendencia apta para trendsetters e egobloggers, pero nada práctica para quien no quiera pasar frío
Gigi Hadid, Bryan Boy y Eva Chen no se resisten al shrobing.
Tener Cabify o cualquiera de las apps que hacen que un coche te espere en la puerta en cuestión de segundos hace que bajar las escaleras del metro (es decir, jugarte un esguince por culpa de los tacones) o morir de frío en la parada del bus dejen de ser preocupaciones para las fashionistas. Porque hay que asumir que las adictas a la moda no llevan looks funcionales. Recorrer a toda velocidad calles empedradas subida a unos stilettos sin ser modelo de Dolce & Gabbana no es sencillo. Subir al autobús enfundada en una falda lápiz exige unas capacidades motrices dignas de El Circo del Sol. Llevar un maxibag repleto de cosas –innecesarias, probablemente– como si se tratara de un bolso sobre mientras llevas las bolsas de la compra sin tener los bíceps de Madonna es complicado. Y la última tendencia impuesta desde las pasarelas parece empeñarse en que cojamos una pulmonía y no podamos llevar una bandolera con tranquilidad de la que sacar pañuelos para sonarnos la nariz.
Los abrigos dejados caer sobre los hombros se alargan hasta el suelo, como los que propone Fenty. (Gtres)
Tras la moda de llevar los abrigos off-shoulders (prueba a correr por la calle para coger el transporte público con tu chaqueta sobre los hombros sin que esta termine en medio de la carretera), Demna Gvasalia impulsó el shrobing en su primer desfile para Balenciaga. Sus plumas abrochados únicamente hasta el inicio del pecho y colocados bien abiertos, tanto como para mostrar los hombros, dieron el pistoletazo de salida a la nueva forma de abrigarnos. ¿El truco? Pasar frío. Como suena.
Rihanna durante la presentación de la colección 'ready-to-wear' para Fenty. (Gtres)
Otra de las formas de llevar tu abrigo en plena tormenta de nieve es colocarlo a la altura de los codos, como si fuera un chal. Por supuesto, no puedes llevar una bandolera contigo. De hecho, dada la mínima movilidad que permite esta forma de lucir la chaqueta, lo mejor es que pongas tu móvil y tu tarjeta de crédito en los bolsillos. Y puestos a pedir, quizás deberías llevar un jersey de cuello vuelto para evitar terminar hospitalizada víctima de una pulmonía.
Si no eres de tacones, tenemos un nuevo problema. La moda propone ahora lucirlo hasta los pies. Tanto que a no ser que te subas a unos stilettos, puede que termines por limpiar la ciudad a tu paso. Al menos así lo demuestran las propuestas de Rihanna para Fenty. Eso sí: por muy largo que sea tu abrigo, asegúrate de no ponértelo de la forma ortodoxa, no vaya a ser que te abrigues. Deja un hombro al descubierto y asegúrate de que la otra manga te caiga por el codo. Cuando te hagas el selfie de rigor para inmortalizar tu momento RiRi, reza para que al levantar el brazo no se te mueva la chaqueta y tu truco de estilismo quede condenado al ostracismo. Quizás esta tendencia esté hecha para ser captada únicamente por Scott Schuman, porque no parece destinada a amantes de los autorretratos. A no ser que seas adepta a los palos selfie, pero tú verás si quieres ser vista con semejante accesorio por la calle…
Pharrell Williams también se pasa al abrigo sobre los hombros. (Instagram)
Chanel apuesta por los plumas llevados a modo de mantón. Si los combinas con los abrigos abrochados acorde a las tendencias, tal vez tengas un look complicado y ciertamente esperpéntico (que terminará por ser fotografiado por todos los blogs de street style y se erigirá como baluarte de estilo), pero quizás consigas no pasar frío. Por mucho que le duela a la moda…
Y si todo lo anterior te parece poco absurdo (hay gente para todo), no pierdas de vista la forma en la que Balenciaga propone abrochar los abrigos en su último desfile. ¿Sabes cuando te despiertas sin haberlo hecho del todo y te abrochas confundiendo los botones? Pues ese es el truco. No ser consciente de lo que haces.
¿Un último consejo? Para llevar los looks acorde a las tendencias, te recomendamos que la temporada que viene te hagas con una camiseta interior térmica y con cientos de caramelos mentolados. Porque el accesorio que mejor acompaña esta moda es un buen catarro. Lo sabemos: a las tendencias no les basta con llevarse tu nómina. Ahora también quieren tu salud.
Fuente: http://ow.ly/HqdS30aYDhw
Alimenta tu rostro con vitamina C
El secreto de una piel radiante y luminosa es la vitamina C, un potente antioxidante que combate las manchas, las arrugas y ayuda a unificar el tono. Descubre todos sus beneficios y nuestra selección de productos.
La vitamina C es buena para tu salud y tu piel.
La vitamina C es una de las más populares por sus propiedades alimenticias (¿quién no ha oído a su abuela o a su madre decir que hay que tomar un zumo de naranja cada mañana para evitar los resfriados?). Pero es además uno de los ingredientes con más beneficios para la piel.
El doctor Serrano, de los Laboratorios Sesderma, nos explica que la vitamina C "es uno de los activos más utilizados en cosmética por sus propiedades antioxidantes. Combate los radicales libres generados por los rayos del sol (el fotoenvejecimiento), la contaminación, el tabaco… Además, es el activo ideal para recuperar la luminosidad de la piel y unificar su tono".
Desde los laboratorios Novexpert señalan que la vitamina C "es un auténtico escudo contra las agresiones diarias, ya que además de antioxidante, es anti-inflamatoria, anti-enrojecimiento, antialérgica y es un gran refuerzo de los genes, los fibroblastos, el colágeno…".
¿Cómo darle vitamina C a tu piel?
Con la edad, además de arrugas y manchas, la piel del rostro se apaga, se vuelve opaca y pierde su luminosidad natural. Pero la vitamina C te puede ayudar a recuperarla, por eso es recomendable incorporarla a la rutina de belleza a partir de los 25-30 años.
Para ello cuentas con un gran número de productos: desde sérums, cremas, booster..., que puedes aplicar tanto por el día como por la noche, durante todo el año. Con la vitamina C notarás tu piel más luminosa y radiante, de hecho tiene un efecto flash a corto plazo que si aún no has probado, te va a encantar.
A largo plazo, la vitamina C te ayudará a combatir las manchas (por su efecto despigmentante) y las arrugas poco marcadas, además de unificar el tono de tu piel. También estimula la síntesis de colágeno y de ácido hialurónico (ambos con la edad se van agotando), aportando firmeza a la piel.
Aquí tienes una selección de productos con vitamina C, para que no falte en tu rutina de belleza y conseguir así la piel radiante y joven con la que sueñas.
Fuente: http://ow.ly/Kujp30aYC8G
Los nuevos básicos
Hace unos años ni habías oído hablar de ellos, pero ahora son tan esenciales como la hidratante o el contorno de ojos. Analizamos las nuevas piezas clave de tu rutina de cuidados.
Productos de belleza básicos. Fotolia
D.R. Vinosource Aceite de Noche Nutritivo de Caudalie (28,60 €).
D.R. Aceite de Ducha Hidratante y Tonificante de Bio-Beauté by Nuxe (9,95 €).
D.R. Phytoelixir Aceite Sutil Nutrición Intensa de Phyto (30,50 €).
Los aceites:
Si alguien te hubiera preguntado hace cinco años si pensabas incluir un aceite facial en tu rutina de belleza habrías preguntado que para qué. Ahora ya conoces la respuesta: te sacan de cualquier apuro. Si te plantean dudas, sigue estas claves.
- Para el rostro. Solo necesitas dos o tres gotas. Aplícatelas en las manos y frota entre las palmas para que el calor active sus beneficios. Lo que quede en tus manos es lo que tienes que darte en la cara con un masaje ascendente.
- Para el cuerpo. Si no te atreves con la textura, aplícalos sobre el cuerpo húmedo. Así forman una película sobre la piel que mantiene la hidratación. Los nuevos formatos de baño te lo ponen fácil, porque actúan como limpiadores de base oleosa sin detergentes, que, al contacto con el agua, se transforman en una espuma que limpia en profundidad, pero preserva la barrera hidrolipídica de la piel.
- Para el pelo. Marcan la diferencia entre una melena brillante y flexible y un pelo triste. Aplícalos solo de medios a puntas y, en seco o en mojado, nunca te los des directamente: frota unas gotas entre las manos y luego presiona sobre los mechones.
D.R. Skin Active Gel Micelar Todo en uno de Garnier (3,99 €).
D.R. Agua Micelar Piel Normal de Nivea (3,69 €).
D.R. Sensifluid Agua Micelar Desmaquillante e Hidratante de A-Derma (14,70 €).
El agua micelar:
Lo más curioso de este esencial de tu nueva vida es que lo inventaron los franceses hace ya más de 100 años. Entonces, este limpiador líquido infusionado con micelas (unas diminutas moléculas oleosas que funcionan como imanes con la suciedad del rostro) se presentó en sociedad como una alternativa mucho menos agresiva que el agua corriente para limpiar la piel.
A día de hoy, cumplen a la perfección con esta misma misión y son perfectas para pieles sensibles porque, además de ahorrar el paso por el agua del grifo (no es necesario aclarar), tampoco requieren ningún tipo de frotación para hacer su trabajo. Para terminar de rizar el rizo, las nuevas versiones incorporan activos calmantes e hidratantes, para que cuando termines con la limpieza la irritación sea prácticamente imposible.
- Su punto flaco. Les falta potencia para acabar con el maquillaje waterproof y tampoco eliminan lo suficientemente bien los filtros solares. En esos casos, pásate a la doble limpieza de origen asiático: primero un bálsamo o un aceite, después el agua micelar.
D.R. WetForce BB Sports SPF50+ de Shiseido (42 €).
D.R. Top Secrets CC Crème SPF35 de Yves Saint Laurent (56,70 €).
D.R. BIY Gotas de Maquillaje Concentrado de Clinique (36 €).
Las BB y CC creams:
Ya llevan casi una década demostrando que el todo en uno es la mejor forma de conseguir un rostro perfecto y protegido. Y no han dejado de evolucionar. ¿Lo último de lo último? Las correctoras de color, como las CC Crème de Yves Saint Laurent en lavanda, rosa y melocotón; y las adaptativas, como Blend it Yourself de Clinique, (unas gotas que puedes mezclar con todas tus cremas, de la hidratante al fotoprotector, para convertirla en cualquier letra doble del alfabeto).
Pero hay más sorpresas, como las BB creams que se aclimatan a las necesidades de tu rostro en condiciones extremas. Así se comporta WetForce BB Sports de Shiseido, pensada para usarla mientras haces ejercicio al aire libre, no solo te protege mejor cuando has empezado a sudar (con la tecnología WetForce, los minerales del agua crean un refuerzo en la barrera de filtros), es que además su Contouring Powder se ajusta a tu piel para unificar el color en todo momento y conseguir que tengas buena cara hasta después de haber corrido 10 kilómetros.
D.R. Idéalia Peeling Nocturno de Vichy (30 €).
D.R. Poudre Exfoliante Éclat Ultra-Fine de Dior (45 €).
D.R. Gommage de Beauté de Guerlain (56,80 €).
Los nuevos exfoliantes:
No te descubrimos nada con el peeling. Ya conoces su funcionamiento: elimina la capa superficial de la piel, compuesta de células muertas que tu organismo debería eliminar por sí mismo. Estos productos ayudan a acelerar un proceso de regeneración que, a partir de los 25 años, empieza a ralentizarse. La diferencia a día de hoy es el cómo. Hasta ahora, confiábamos sobre todo en la exfoliación física: productos con granitos con una tracción mecánica de frotación que solía acabar en rojeces e irritación.
Pero desde hace un par de años, las firmas apuestan por los peelings biológicos y químicos. De eliminar todo lo sobrante se encarga ahora una combinación de ácidos naturales (glicólico, azelaico, alfahidroxiácidos, enzimas de la fruta) que consiguen una piel suave y renovada sin infligir daños, porque su formato suele ser líquido o gel que se aplica simplemente con un algodón empapado con cero fricción. Y también los tienes en formato polvo, para mezclar con agua o aceite. En cualquier caso, ninguno de ellos contamina el medio ambiente: por lo visto, las bolitas artificiales de algunos exfoliantes no son biodegradables y se acumulan en ríos y océanos.
Fuente: http://ow.ly/HRVI30aYz83
Adiós, rostro pálido
¿Todavía arrastras la tez apagada de los meses de frío? Cambia ese color blanquecino por un bronceado favorecedor con estos trucos.
Mujer con piel bronceada. Fotolia
Llevas toda la temporada de frío pendiente del cielo. ¿Tu único deseo? Que se abran de una vez esos nubarrones amenazantes para ver el sol. Mientras esperas a que eso suceda (este mismo fin de semana, seguro) puedes adelantarte a sus caricias con todo un arsenal de bronzers y coloretes que van a ayudar a tu rostro a enmascarar ese aspecto tristón y verdoso-blanquecino acumulado durante meses.
D.R. Terracotta Sun Trio de Guerlain (55,80 €).
D.R. Galifornia Blush de Benefit (34,50 €).
D.R. Phyto-Touch Poudre Éclat Soleil de Sisley (85 €).
D.R. Prisme Blush de Givenchy (43,50 €).
Un toque de sol
Necesitas un bronzer ligero, con variación de tonalidades y acabados que jueguen con mates y satinados. Aplícalo siguiendo la regla del tres (dibuja este número con la brocha en los laterales del rostro: de las sienes a la línea de la mandíbula con parada en las mejillas) y da un punto de luz con los dedos sobre las cejas y el hueso del pómulo.
Mejillas de surfer
Ese tono envidiable del verano eterno es casi un dorado que se sitúa en la parte superior del rostro, justo bajo los ojos y en línea con el hueso de los pómulos. Para crearlo, necesitas un colorete en tonos melocotón con espíritu de iluminador que contenga partículas metalizadas, como Galifornia de Benefit.
Rubor rural
Sí, ese que se adhiere a tus mejillas cuando pasas un día en el campo. Da igual que lo intentes en los parques de tu ciudad, el refrescante color rosa que consigues en la naturaleza no es lo mismo ni de lejos. Fíngelo con una nube de polvos rosas sobre las mejillas.
Pómulos de selfie
Altos, firmes, esculpidos y perfectos. Si no los tienes, puedes lograrlos con los nuevos coloretes con dos tonos: uno más oscuro, para debajo del hueso, y otro más claro, que vaya por encima. Se aplican con una misma brocha y es como un contouring invisible.
D.R. Les Beiges Touche de Teint Belle Mine de Chanel (55 €).
D.R. Nude Air Luminizer de Dior (58 €). A la venta en mayo.
Efecto buena cara
Para esto necesitas palabras mayores. Chanel no te lo podría poner más fácil con su línea Les Beiges. Este año, el imprescindible es la emulsión acuosa gelificada de su polvera Touche de Teint Belle Mine. Dior, por su parte, propone una infusión de audacia con su Nude Air Luminizer, un bronceador-iluminador en textura líquida que se funde con la piel.
Fuente: http://ow.ly/Gwhp30aYy5r
Así adelgazan (y engordan) las actrices y los actores de forma sana
O al menos es como deberían hacerlo... En 'Adelgaza para siempre' la experta química Ángela Quintas ayuda a entender lo que hace el cuerpo cuando procesa los alimentos.
Adriana Ugarte fue asesorada para adelgazar durante su participación en 'Julieta'. GTRES
Ángela Quintas ha participado en películas como 'Gordos', 'Julieta', 'El hombre de las mil caras', 'Requisitos para ser una persona normal' o 'Morir'. Pero no precisamente delante de las cámaras, ni siquiera detrás de ellas, sino más bien junto a algunos de los actores (o actrices) a los que ha acompañado en un proceso que resulta más difícil de lo que parece: ayudarles a engordar o a adelgazar, según el caso, para adaptarse a las características del personaje al que dan vida.
Por el Gabinete de Nutrición de Ángela Quintas, licenciada en Químicas y Máster en Dietética y Nutrición Humana, han pasado actores como Antonio de la Torre, Manuel Burque, Adriana Ugarte o el galardonado con el Goya por su interpretación de Luis Roldán en 'El hombre de las mil caras', Carlos Santos. A unos les costó más que a otros pero a todos les aplicó el necesario denominador común que es, según explica Ángela Quintas, que "sus analíticas de sangre tenían que ser perfectas". Y es que la experta defiende que se puede (y se debe) perder o ganar peso de forma saludable. "Casi todos los que acudían a nosotros para engordar venían felices pensando que podrían ponerse morados. Creían que iba a resultar más fácil engordar que adelgazar, pero no lo fue, pues tuvieron que subir de peso y aumentar su consumo de kilocalorías con una alimentación sana y nutritiva para que sus analíticas no se vieran afectadas", comenta. Tanto es así que en el caso de Manuel Burque cuenta que, cuando acudió a la consulta sus analíticas eran mucho peores que cuando acabó la fase de "engorde". "Querían que ganase 15 kilos, pero antes de iniciar el proceso fue necesario normalizar sus analíticas comiendo de forma saludable", cuenta. Una prueba de que no es algo tan sencillo como parece es que Ángela Quintas ha tenido que rechazar en más de una ocasión algún "trabajo" porque podía poner en riesgo la salud del actor o de la actriz si se hacía con las condiciones de tiempo y de esfuerzo que ellos pedían.
Su método suena sencillo: perder peso de forma saludable. Pero no se basa en contar calorías, ni en prohibir alimentos, ni siquiera en comer más o menos veces al día, sino que se trata de aprender a comer entendiendo qué es lo que hace nuestro cuerpo con los nutrientes que recibe: hidratos de carbono, proteínas y grasas. A modo de explicación didáctica, divulgativa y entretenida publicó a finales de enero 'Adelgaza para siempre' (Planeta), un libro en el que revela que no existen los milagros, ni tampoco las dietas y que todo tiene una base científica. "Todo lo que tenemos en nuestro cuerpo es química", sentencia. Y por eso a lo largo de los capítulos del libro desarrolla los conceptos necesarios para que entendamos de manera sencilla qué es lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando ingieres un alimento.
Ángela Quintas: Todo lo que tenemos en nuestro cuerpo es química: neurotransmisores, hormonas, enzimas... Todo son moléculas químicas. Lo que intento con este libro es que se entienda de un modo sencillo qué sucede cuando ingieres un alimento. ¿Por qué no hablamos de calorías? Porque cuando consumo, por ejemplo, 120 kcal, el efecto que produce en mi cuerpo es distinto si éstas vienen en forma de hidratos, de proteínas o de grasas. No tiene sentido contar las calorías que consumes a lo largo del día o determinar cuántas calorías tienes que consumir al día porque lo importante es nutrirte. Si no entiendes qué efecto producen en tu cuerpo esos alimentos cuando los tomas, no puedes controlar los niveles de insulina. Y eso es lo básico.
Ángela Quintas: En este concreto atención porque los lácteos tienen hidratos y proteínas. Un lácteo se puede tomar solo. Para entender cómo debemos combinar los alimentos es clarificador el caso de la forma de alimentarse que tienen los japoneses. ¿Por qué la mayoría son flacos? En su dieta siempre mezclan hidrato con proteína (arroz con pescado o noodles con pollo o con cerdo...). Y eso es algo que (quizá lo recuerdan hoy un par de generaciones) se hacía también cuando yo era pequeña: comíamos un plato de lentejas y de segundo, boquerones o cinta de lomo. Mezclábamos hidratos con proteínas. Pero ahora lo que hacemos es multiplicar por cuatro la cantidad de hidratos que tomamos, olvidando la porción de proteína. ¿Cuál es el resultado? Cuando ingieres solo hidratos de carbono, por ejemplo, en forma de zumo o de gazpacho, sucede lo siguiente: la milasa salival, que sí que actúa cuando tomas piezas de fruta o de verdura, no actúa cuando bebes las frutas en zumo o tomas las verduras en gazpacho. Eso significa que el zumo entra en el estómago, se filtra en el torrente sanguíneo y provoca en él un subidón de hidratos. En ese momento el pancreas secreta insulina: una parte va al hígado, (para los órganos importantes), otra a los músculos y si sigue habiendo un exceso se activa la lipogénesis, que hace que los hidratos de carbono se conviertan en grasa.
Ángela Quintas: Eso es. La grasa viene precisamente de esa lipogénesis que produce el cuerpo para mantener los niveles de glucosa en sangre lo más constantes posible. Entonces, ¿qué es lo que tengo que hacer para no tener picos de glucosa? Mezclar el hidrato con la proteína en todas las ingestas que hago a lo largo del día.
Ángela Quintas: Cuando mucha gente piensa en hidratos de carbono solo le vienen a la cabeza el arroz, la pasta y las legumbres. Pero también la fruta y la verdura son hidratos. Es cierto que se dividen en dos grupos. Uno de carga glucémica alta y otro, de carga baja. Pero también son hidratos. En cuanto a las proteínas, podemos encontrar proteínas animales y vegetales. Para distinguir las animales, es fácil: lo que corre, lo que salta, lo que vuela, lo que nada y lo que tiene ojos es proteína. Y en el caso de la proteína vegetal, ésta casi siempre viene acompañada de hidratos: una legumbre tiene un porcentaje de proteína, pero tiene más hidratos, por eso la incluyo en la parte de los hidratos.
Ángela Quintas: Lo importante es elegir bien. Puedes decidir que las calorías que tomes al día estén llenas de nutrientes, de cosas saludables, o que sean calorías vacías. Esto hace que podamos encontrar a una persona con un ligero sobrepeso y analíticas perfectas que, aunque quizá en algún momento de su vida haya comido en exceso, ha consumido alimentos de calidad. Y también puedes encontrar el caso contrario: el de una persona delgada cuyas analíticas asustan porque está comiendo fatal. Está delgada porque no cubre sus necesidades energéticas pero se está alimentando a base de bollería industrial, zumos envasados o cosas así. Lo más importante es cómo estés por dentro.
Ángela Quintas: Cuando controlamos nuestra insulina a lo largo del día y nos estamos nutriendo bien llegaremos al final del día cansados, pero no agotados. Pero si tú estás haciendo picos de insulina todo el día (un pico de insulina claro es una paella, una copa de vino y una siesta, por ejemplo) llegarás agotado al final del día. Si haces una dieta o un cambio de dieta para bajar tres o cuatro kilos y no paras de pensar en cuánto te queda o en cuándo acaba, cuando llegues a ese peso posiblemente te haya bajado la masa muscular y tengas el efecto rebote garantizado y además no habrás aprendido nada porque comerás en modo premio-castigo... En este sentido, hay cinco reglas básicas (o mejor dicho, de oro) que te ayudarán a garantizar que estás siguiendo una alimentación saludable:
Cinco reglas que no puedes saltarte
- Cuidado con tomar nada que nace de la tierra solo, es decir hidratos de carbono solos, y menos si tienen una carga glucémica elevada. Hay estudios que demuestran que, si en nuestra ingesta introducimos hidratos de carbono y proteínas en las proporciones adecuadas, nuestro cuerpo no secretará una gran cantidad de insulina, de tal manera que la lipogénesis. Si nos fijamos en la dieta japonesa tan de moda, combinan muy bien el hidrato de carbono (arroz o pasta) siempre con proteína (pollo, ternera, pescado).
- Atención a los hidratos de carbono líquidos. Si nos tomamos un zumo de frutas o verduras, hidrato de carbono líquido, o un gazpacho, el vaciado gástrico es muy rápido y ese hidrato de carbono pasa enseguida al torrente sanguíneo, siendo filtrado a través del intestino. En ese momento se produce una elevación de los niveles de glucosa en sangre, y para contrarrestarla el páncreas secreta insulina, con la correspondiente activación de la gluconeogénesis y la lipogénesis. El hidrato de carbono se convierte en grasa que se almacenará en los adipocitos.
- Consumir alimentos cada tres o cuatro horas sin dejar pasar grandes periodos de ayuno. Si desayunamos a las 8 de la mañana y llenamos nuestras reservas de glucógeno en hígado y músculo, nos aseguramos energía para nuestros órganos importantes durante 3 o 4 horas. Pero si no volvemos a tomar ningún alimento hasta transcurridas muchas horas, por ejemplo las 15 horas, nuestro cuerpo empezará a utilizar la masa muscular como combustible. Sin embargo, si ingerimos a media mañana una pequeña porción de alimento compuesta por hidratos de carbono y proteínas, tendremos asegurada la energía y nuestro organismo podrá permitirse el “lujo” de utilizar la grasa como combustible. Esta es la razón por la cual deberemos ingerir una porción de alimento equilibrada cada 3 o 4 horas. Si hacemos un cálculo de las horas de rutina, podremos encajar esas 5 comidas diarias. Dependiendo de cómo sean nuestras “jornadas” tal vez esas 5 comidas puedan llegar a ser 6..
- No dejaré pasar más de 1 hora desde que me levanto hasta que ingiero algún alimento. En la regla anterior se nos explica que es necesario que la reserva de glucógeno sea cada 3 o 4 horas para perder grasa y mantener la masa muscular. Si entendemos esa idea, es fácil de comprender que tras 6 7 u 8 horas de ayuno nuestros órganos apenas tienen combustible para funcionar, y lo que harán al empezar a funcionar con su actividad normal será usar de combustible la masa muscular.
- No hacer nunca deporte con el estómago vacío. Conforme a las reglas 3 y 4, ya sabemos qué pasa cuando no hay glucógeno en la medida que el cuerpo lo necesita… Si además vamos a hacer trabajar el músculo, nos encontraremos con un problema doble: nuestro organismo coge su energía de la masa muscular mientras estamos forzando el músculo. Esto hace que baje nuestro metabolismo basal al mismo tiempo que nos volvemos vulnerables ante posibles lesiones.
Ángela Quintas: Es habitual que pasemos muchas horas sin comer. Y esto no nos beneficia. Si pasa mucho tiempo entre una ingesta y otra tu cuerpo tiene dos opciones: o elige grasa o elige músculo como combustible. Si mis niveles de cortisol (hormona del estrés) son altos, el cuerpo tira de la masa muscular. Adelgazo, pero pierdo masa muscular. Y si de los cinco kilos que pierdo, cuatro son de mas muscular, el efecto rebote está garantizado. La masa muscualr es lo que nos permite tener un buen metabolismo basal, un gasto energético de base alto. A toda persona que le guste comer, le interesa tener un metabolismo basal alto para poder darse "homenajes". Me he encontrado a menudo a personas que acuden a la consulsta que hacen dieta a menudo y tienen un metabolismo basal bajo. Te dicen que casi no comen, pero la clave está en que llevan toda la vida utilizando su masa muscular para perder peso y ahí tienen la grasa... sin tocar.
Fuente: http://ow.ly/3l2D30aYxBn