Con los brazos también se corre: consejos para un '#running' más efectivo

Lunes 30 de Enero del 2017

Si hablamos de correr, enseguida pensamos en piernas, zapatillas, carreras, calcetines… y en general multitud de conceptos relacionados con el tren inferior del cuerpo —al fin y al cabo, es una parte fundamental en el 'running'—. Sin embargo, el tren superior, en concreto los brazos, también juega un papel de vital importancia a la hora de desarrollar esta práctica deportiva.

Cuando corremos, lo hacemos con todo el cuerpo. Hay 'runners' que por naturaleza tienen una mayor facilidad para practicar este deporte, sus movimientos son más naturales y facilitan la marcha; mientras que otros tienen una técnica menos depurada y con margen de mejora. Es fácil pensar que, para correr más distancia y a más velocidad, tenemos que entrenar más y más duro, pero quizá poniendo más interés en mejorar los 'pequeños' detalles se consigue llegar a ser un mejor 'runner'. Mejorar la técnica de braceo puede ser un muy buen comienzo.

Los brazos son muy importantes a la hora de correr, pues proporcionan equilibrio, impulsan y favorecen la dirección de la carrera. Además, si cuidamos su oscilación y movimiento, nos ayudarán a optimizar el consumo de energía. Por tanto, desde el punto de vista contrario, si el braceo es descontrolado, estaremos malgastando energía y obligando al resto de nuestro cuerpo a contrarrestar esos movimientos.

Consejos para mejorar la postura de los brazos

Si quieres mejorar el braceo al practicar 'running', hay una serie de consejos y pautas a seguir que puedes ir introduciendo poco a poco en tus entrenamientos para ir adaptando al cuerpo y mejorar la técnica de carrera. El primero de ellos es sencillo: el braceo debe estar sincronizado con las zancadas, pero de forma contraria. Es decir, si avanzamos la pierna derecha, le acompañará hacia delante el brazo izquierdo, y a la inversa.

Los codos deben estar en el justo ángulo: ni pegados al cuerpo, ni demasiado separados. Hay que mantener los codos cercanos al cuerpo, pero sin pasarse para que el movimiento no sea demasiado forzado. Además, seguramente estemos en una postura tensa e incómoda. Tampoco hay que llevarlos muy separados, porque entonces el balanceo será excesivo y repercutirá en el equilibrio. Mantén una postura relajada para ahorrar energía

El ángulo del brazo debe estar en torno a los 90 grados, pero sin obsesionarse con mantener esta postura férreamente. No hay que ir con un medidor de ángulos ni nada por el estilo: simplemente, basta con no pasarse al extender en la fase de bajada, ni cerrar demasiado en la subida.

Los brazos de un 'runner' (Foto: Pedro Moya)

Los brazos de un 'runner' (Foto: Pedro Moya)

Esto suele cambiar dependiendo de si se habla de corredores de fondo o de velocistas. Por norma general, en los corredores de fondo la mano subirá más o menos hasta el pecho, y bajará hasta la zona de la cadera. Sin embargo, si hablamos de velocistas, entramos en un trabajo más explosivo y ahí la mano suele subir prácticamente hasta la mandíbula y, al bajar, se retrasa mucho más —el ángulo del codo es mayor—.

El mantenimiento de los hombros relajados es fundamental. El movimiento de los brazos te hace mejor corredor, pero hay que tratar de incorporar estos consejos a los entrenamientos de forma natural, sin estar tensos. Los hombros deben estar sueltos y relajados, rotar suavemente y sin encogerse pues, de lo contrario, estaremos gastando energía en un esfuerzo que no nos aporta nada.

Por supuesto, nada de puños: las manos también deben estar relajadas. No hay que ir corriendo con los puños cerrados y en tensión, pues no resulta nada óptimo. Cuidado, porque tampoco es recomendable llevar las manos completamente sueltas, sino en un punto intermedio en el que se mantengan estables. Imaginar que llevas un huevo en la mano podrá ayudarte a establecer la tensión correcta.

Fuente: http://ow.ly/QQE7308u1wB

Esquizofrenia: Cuatro «pinchazos» al año para controlar la patología mental

Lunes 30 de Enero del 2017

Esquizofrenia: Cuatro «pinchazos» al año para controlar la patología mental

Abandonar el tratamiento es una «mala costumbre» que ejercen más de la mitad de los enfermos con esquizofrenia y se ha convertido en un reto a salvar para los médicos. La reciente llegada de una nueva terapia que se administra trimestralmente en forma de inyección, que no necesariamente tiene que ser en el hospital, abre la puerta a la esperanza a los clínicos que creen que esto puede servir para controlar la enfermedad. El palmitato de paliperidona es un compuesto ya conocido en este trastorno, pero la novedad «reside en que este antipsicótico se ha reformulado para administrarse ahora en inyección de forma trimestral. Tiene una tolerabilidad buena y ayudará a elevar la adherencia de los pacientes», apunta Miquel Bernardo, director de la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic de Barcelona.

La esquizofrenia constituye un trastorno cerebral complejo y crónico en el que los síntomas pueden ser graves e incapacitantes y pueden afectar todos los aspectos de la vida cotidiana de una persona. Con esta nueva opción de tratamiento, los profesionales pueden ofrecer a los pacientes una mayor independencia al permitirles concentrarse menos en tomar sus medicamentos y más en otros aspectos de su plan de tratamiento. «La terapia farmacológica con Trevicta –nombre comercial del compuesto desarrollado por Janssen– es de larga duración, y se indica, en primera instancia, en pacientes que ya lo han tomado anteriormente y tienen una baja tendencia a la adherencia. También se baraja la posibilidad de prescribirlo en pacientes desde el primer episodio», explica Bernardo.

Una baja adhesión al tratamiento «puede proceder en primer lugar de la ausencia de conciencia de enfermedad que suele caracterizar al trastorno –el paciente no considera o no reconoce que está enfermo, por lo tanto rechaza el tratamiento o se muestra ambivalente hacia la toma de medicación– especialmente en las fases agudas. Una vez instaurado el tratamiento otros factores que pueden intervenir son: la experiencia de efectos colaterales indeseados, dificultad para entender la importancia y la necesidad de la toma diaria de la medicación, desmotivación del paciente o desconfianza hacia el médico o el equipo terapéutico –se altera lo que llamamos la alianza terapéutica–», detalla Felipe Ortuño Sánchez-Pedreño, codirector del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universitaria de Navarra.

Acción prolongada

El «secreto» del tratamiento de la esquizofrenia reside, como subraya Jerónimo Saiz, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, «en el empleo de fármacos de acción prolongada, que no es algo nuevo. Esto ayuda a controlar y a espaciar la medicación; ya existía una modalidad mensual, pero que ahora llegue algo trimestral es muy importante. Sobre todo para aquellos pacientes en los que su control y, su adherencia resultan muy complicados por sus circunstancias».

Durante los ensayos clínicos que se han llevado para la aprobación del fármaco, «se ha visto cómo se ha reducido el número de episodios en el grupo de pacientes que tomaba Trevicta frente al grupo de control con placebo, 7% frente a un 50%», explica Fernando Cañas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora de Madrid. Con esta nueva opción terapéutica, unida a la psicoterapia que se ha de seguir, los pacientes pueden llevar una vida lo más normal posible. «Lamentablemente sólo entre un 20 o 30% consigue llevar una vida normal y tener trabajo. La enfermedad produce limitaciones y merma la capacidad cognitiva, porque influye mucho la adherencia farmacológica y la participación psicoterapéutica», añade Saiz.

Hay que tener en cuenta que la medicación por sí sola no es efectiva al 100%. Celso Arango, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, comenta que «en la actualidad contamos con fármacos que son eficaces para los síntomas como los delirios y las alucinaciones, así como para prevenir recaídas. Estos tratamientos tienen una mayor eficacia cuando son administrados con tratamientos psicoterapéuticos». Arango subraya que «el medicamento es sólo una parte la terapia; sería un error pensar que por administrar una inyección cuatro veces al año una persona con esquizofrenia no va a necesitar apoyo psicológico, social, psicoeducativo, intervenciones familiares, etc. Las enfermedades complejas requieren tratamientos complejos y la administración de antipsicótico, sea en la forma que sea, es sólo una parte del mismo».

Cronicidad

Quizás, uno de los obstáculos para conseguir que los pacientes no se alejen de su medicación es el control de los episodios, los brotes, y para ello también resulta clave involucrar al entorno, la familia, «que cuenten con apoyos resulta fundamental para los pacientes, ya que la enfermedad, por sus características, se convierte en crónica», enfatiza Saiz. Así, «la recomendación general es que tras un primer episodio agudo la medicación debe mantenerse al menos dos años, y si ha habido más de un brote previo, al menos, cinco años. Si ha existido múltiples recaídas el tratamiento debe mantenerse siempre. También se transmite lo que señalan los estudios: que la reducción precoz o la suspensión de la medicación conllevan recaídas. Concretamente, los antipsicóticos llegan a reducir el riesgo de recaída hasta un 30% al año, mientras que su interrupción trae consigo un riesgo del 60-70% si se interrumpe antes de los dos años», comenta Ortuño.

En este sentido, Arango incide en que «en dos tercios de las personas aproximadamente la esquizofrenia se cronifica y las personas tienen un salida de vida y funcionamiento peor que la población general y que ellos mismos antes de tener el primer episodio psicótico. Aproximadamente un 20% tienen un pronóstico muy malo con serias dificultades para las realizar actividades de la vida diaria. El curso clínico por lo tanto es muy heterogéneo ya que un 20% de los casos tienen una recuperación completa». Por ello, Cañas hace hincapié en que «el tratamiento resulta clave para mantener el control de los síntomas y mantener al paciente libre de recaídas. Hoy por hoy, no podemos hablar de curación, pero sí de un mantenimiento asintomático del paciente que permita una recuperación completa, frenando el deterioro que se asocia a cada recaída. Sólo un 15% de los pacientes tendrá un único episodio psicótico en su vida, el resto convive con episodios que se traducen en una acumulación de deterioro».

Con todo ello, cabe recalcar, como apunta Saiz, que una de las metas es evitar «la aparición de los síntomas de la enfermedad y hay muy poca conciencia de la enfermedad. El paciente vive con el trastorno mental sin darse cuenta de él, aquí tenemos un problema de autocrítica. A ello, hay que sumar que la medicación tiene unos efectos secundarios importantes». Tradicionalmente se han visto efectos en el sistema nervioso central, problemas análogos al párkinson, como rigidez, temblores, aumento de peso, disfunciones sexuales «y, en términos generales, nos encontramos con efectos sedativos», apunta Saiz. Sin embargo, Bernardo subraya que «el tratamiento de la esquizofrenia ha mejorado mucho en los últimos años gracias al elevado grado de respuesta terapéutica de los nuevos antipsicóticos y su mejor tolerabilidad». Otro de los puntos a tener en cuenta que comenta el jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid es el no tratamiento de otras enfermedades que se detectan poco y tarde a pesar de tener una mayor comorbilidad con patologías como la diabetes, patología cardiovascular. Eso hace que las personas con esquizofrenia vivan 20 años menos que la media de la población general».

¿Cómo es el arsenal terapéutico?

Felipe Ortuño Sánchez-Pedreño, co-director del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universitaria de Navarra desgrana el funcionamiento de los fármacos empleados para controlar los síntomas de la enfermedad:

- Los antipsicóticos de liberación prolongada se suelen indicar en aquellos pacientes en que se sospeche un escaso cumplimiento del tratamiento antipsicótico. Por otra parte, al igual que los antipsicóticos orales también hay antipsicóticos de liberación prolongada típicos (clásicos) y atípicos (de segunda generación). Las diferencias entre ellos son las mismas que hemos comentado anteriormente: los atípicos inducen menos síntomas indeseables motores.

- Actualmente destacan dos innovaciones en estos últimos, la pariperidona de depósito (palmitato de paliperidona), comercializado con los nombres de Xeplion, para la administración mensual, y de Trevicta para la administración trimestral. La otra innovación es el aripiprazol que además de la administración oral también se dispone de la fórmula de depósito (comercializado con el nombre de Abilify Maintena) de administración mensual.

- La ventaja fundamental de los tratamientos de liberación prolongada es la de mejorar el cumplimiento de la medicación. La inyección se administra en el propio centro de salud mental, por lo que es más fácil asegurar el seguimiento que si se trata de tratamiento oral. Muchos centros contactan con el paciente si no viene el día que corresponde la inyección.

- Es cierto que algunos pacientes pueden preferir recibir una única administración mensual que tomar diariamente tratamiento oral. Con más razón pueden en tal caso preferir la trimestral, conforme se vaya empezando a informar de su existencia y sobre esta posibilidad. Pero otros prefieren seguir con medicación antes que recibir una inyección aunque sea mensual. De todas maneras, en algún momento se le ofrece al paciente elegir entre ambas posibilidades.

- Hay algunos estudios ya realizados y aparecen nuevos para comprobar tanto la respuesta como la evolución. Es posible que los antipsicóticos atípicos sean más eficaces que los convencionales en la prevención de recaídas. Si hay diferencias en según se trate de atípicos o típicos, o incluso dentro de los atípicos más novedosos en otras medidas como satisfacción y calidad de vida los resultados no son concluyentes.

Fuente: http://ow.ly/AwWT308tTT3
 

Visita León: ruta por el Barrio Húmedo, la catedral, tascas de cecina y más

Viernes 20 de Enero del 2017

Esta ciudad está esperando a que conozcas todos sus rincones

Foto: Catedral de León. (Shutterstock)

Catedral de León. (Shutterstock)

León conquista a sus visitantes a través de la vista y el paladar. Además de ser una de las cunas más reconocidas de la exquisita cecina, esta ciudad acoge en su callejero una de las catedrales góticas más importantes de España. Los afortunados que se animen a conocerla podrán fotografiar sus asimétricas torres —una mide 65 metros; la otra, 68— mientras un guía experto le acompaña por un recorrido a través del mapa leonés. Aunque la entrada a este templo se reserva para cuando el turista tenga tiempo de acceder a ella por su cuenta, existen rutas programadas que le ayudarán a conocer los secretos de esta urbe.

Bóveda de la catedral de León. (iStock)

Bóveda de la catedral de León. (iStock)

Iniciada en el siglo XIII y terminada 100 años más tarde, la catedral de León es uno de los símbolos emblemáticos de la ciudad. Su imponente fachada principal, flanqueada por arbotantes visibles, permite identificar uno de los mejores distintivos del arte gótico: las vidrieras. Puesto que en este periodo artístico las construcciones se levantaban hasta una altura muy superior a la que lo hacían en el románico, esta mayor superficie de pared permitía la colocación de cristales para dejar a la luz del sol disfrutar de las maravillas que acoge en su interior.

Pinturas de la basílica de San Isidoro, en León. (Shutterstock)

Pinturas de la basílica de San Isidoro, en León. (Shutterstock)

Basta acompañar al guía hasta la basílica de San Isidoro de León para darse cuenta de estas variaciones en la manera de cimentar. La Real Colegiata que se empezó a construir en el siglo XI ejemplifica a la perfección las características del románico y, de hecho, está considerada como uno de los monumentos románicos más destacados de España. Esta basílica es conocida con el apodo de la 'Capilla Sixtina de León' por las policromadas pinturas que acoge en su interior —todas de iconografía románica—, siendo categorizada también como un museo panteón por ser morada de descanso eterno de San Isidoro.

Los exteriores de estos dos templos se podrán disfrutar durante la realización de la visita panorámica por León, que también guiará a los visitantes a través del barrio de la judería y permitirá contemplar uno de los ejemplos de arquitectura modernista más significativos de la ciudad: la Casa Botines de Gaudí, parte del trío de obras que el genio construyó fuera de Cataluña —junto con el cántabro Capricho gaudiano y el Palacio Episcopal de la leonesa localidad de Astorga—.

Casa Botines, en León. (iStock)

Casa Botines, en León. (iStock)

Para degustar los manjares de León

La ruta guiada por León también le dejará tiempo para conocer el Barrio Húmedo, cuyo curioso nombre parece provenir de los escapes de vino que antiguamente dejaban salir las cubas. Este barrio es una zona especialmente indicada para salir a tomar algo y pasar una velada en las tabernas más reconocidas de la ciudad. En el precio de estas excursiones se incluye una consumición y tapa servida en una tasca típica, por lo que cuando vuelva a casa podrá presumir de haber 'saboreado' la esencia más pura de León.

Plaza de San Marcelo, en León. (iStock)

Plaza de San Marcelo, en León. (iStock)

Si lo desea, para completar esta experiencia gastronómica, se puede contratar como extra una cena en el edificio Zuloaga, una construcción datada a principios del siglo XX que aún mantiene los frescos originales con que fue decorada. Cecina, hojaldre de puerros de Sahagún, langostinos con crema de nécoras… La carta de este restaurante será, por qué no, un motivo más para repetir su visita a León.

Fuente: http://ow.ly/jD9S308bZWn

Cinco razones que explican por qué practicar deporte no es tan bueno como crees

Viernes 20 de Enero del 2017

Realizar algún tipo de actividad física forma parte de unos hábitos de vida saludables. El problema está en no tener medida. Porque hasta el fitness, en exceso, es malo

Foto: La obsesión, los complejos o las lesiones son tres de las lacras que convierten en malo practicar deporte (H&M)

La obsesión, los complejos o las lesiones son tres de las lacras que convierten en malo practicar deporte (H&M)

¡Albricias! Algunos estarán rezando por que esto sea cierto y tener, por fin, una excusa respaldada por especialistas para abandonar el gimnasio o, al menos, frecuentarlo de Pascuas a Ramos. Pues, bien, aquí viene el jarro de agua fría: el ejercicio en sí mismo, así en abstracto, es bueno. ¡A ver quién rebate esta idea! Lo malo es la fiebre por el deporte, esa locura que se empieza a ver por las ciudades, pongamos, en forma de carrera popular. Ese calentón (machacándose durante horas en el gimnasio haciendo un circuito de cardio, fuerza y máquinas varias o corriendo a diario sin objetivo alguno más allá de aguantar todo lo que puedas) no es bueno ni siquiera para los pro.

La doctora Marisa Navarro, coach personal y autora del libro ‘La medicina emocional’, nos da las cinco claves para advertir cuándo la pasión por el deporte se está convirtiendo en una peligrosa obsesión y ha dejado de ser un aliado de la salud para transformarse en todo un peligro. ¡Atento!

1. No me da la vida

“Cuando le dedicamos todo nuestro tiempo libre, descuidando otras actividades, puede llegar a producir vigorexia, un trastorno asociado a la adicción al ejercicio físico y a su práctica de forma compulsiva, de manera que las personas que lo padecen, además de ser más propensas a sufrir lesiones, tienen una visión distorsionada de su cuerpo y suelen tener baja autoestima”.

2. Todo por un cuerpo 10

“Cuando nos centramos únicamente en el beneficio estético, porque acudir al gimnasio solamente con la intención de querer estar delgado, usar una determinada talla o estar supermusculado, buscando un modelo corporal concreto, es un error que acaba haciendo que te compares con otros y te sientas mal. Hay que asumir que cada cuerpo es diferente, con una estructura ósea, unos músculos y un metabolismo determinado. No hacerlo puede llegar a generar dismorfofobia, que lleva a obsesionarse por defectos que percibimos en nuestra imagen corporal, ya sean reales o imaginados”.

3. Voy a ser Superman

“Cuando la actividad no concuerda con nuestras capacidades. Realizar ejercicio por poco que sea es bueno para nuestra salud y no hace falta ser un deportista de élite para notar sus beneficios, pero no realizar un deporte acorde con nuestras capacidades o fijarnos entrenamientos o metas muy altas hace que tengamos más posibilidades de fracasar, lesionarnos o abandonar, no siendo capaces de generar este hábito tan saludable, lo que en consecuencia afectará a nuestro estado de ánimo y autoestima”.

4. Nunca me rindo (y nunca es nunca)

“Cuando no aceptamos que una lesión nos impide desarrollar el deporte que nos gusta o cuando las metas o los entrenamientos ya no tienen la misma intensidad que antes, esto nos hace sufrir y lleva incluso a muchas personas a la depresión. Para que no ocurra, hay que cambiar el punto de vista y ver el deporte como salud, no como competición, pensando que en cada momento, edad o circunstancia podremos realizar un tipo de ejercicio físico, que es el que mejor nos va a sentar”.

5. Porque yo me lo merezco

“Cuando pensamos que por haber hecho algo de deporte, tenemos vía libre para atiborrarnos y no cuidar nuestra alimentación u otros aspectos de nuestra vida. El deporte tiene que estar acompañado de una alimentación equilibrada y saludable, y es que no se trata de perder calorías por un lado para ponernos a ingerir después grasas, azúcares o alimentos procesados, porque una mala dieta acaba degenerando en alteraciones metabólicas y hormonales”.

Fuente: http://ow.ly/QbmK308bZAT

Orejas, pecho, nariz... ¿Qué operaciones triunfan entre los hombres?

Viernes 20 de Enero del 2017

La demanda de cirugías masculinas ha aumentado un 20% en los últimos años. El hombre pierde el miedo al bisturí gracias a técnicas poco invasivas que solucionan complejos estéticos

Foto: Ellos también sucumben a las operaciones estéticas (Gtres)

Ellos también sucumben a las operaciones estéticas (Gtres)

A pesar de que siguen siendo ellas las que más se operan, "son ellos los que han perdido el miedo al bisturí". Así lo afirman los datos –un 85% de mujeres frente a un 15% de hombres– y el jefe del servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del hospital La Zarzuela de Madrid, Ángel Juárez. Una demanda que ha crecido significativamente en los últimos cinco años. Según el cirujano plástico Óscar Junco, "el porcentaje asciende hasta el 20%". ¿El motivo? Sirven tanto para corregir complejos, como las orejas de soplillo o las bolsas de los ojos, “que antes eran tabúes o que no se podían corregir” como por razones puramente estéticas, asegura el citado doctor. La mentoplastia o el bótox –técnica médico estética–, por ejemplo, son dos tratamientos que demandan mucho ahora, el primero para marcar más las facciones y el segundo para 'borrar' la agresividad del rostro más que para rejuvenecer. A continuación, los seis tipos de cirugía preferidos por ellos.

1. Otoplastia

Esta cirugía la suelen solicitar los hombres más jóvenes, de entre 16 y 20 años, según el doctor Junco. “Un nuevo implante biocompatible, llamado EarFold, permite corregirlas en menos de 30 minutos y con una incorporación y resultados predecibles e inmediatos”, cuenta el cirujano plástico Antonio Porcuna. Antes de poner el implante definitivo se coloca un simulador, llamado PreFold, que moldea el cartílago exterior de la oreja según los deseos del paciente, y una vez decidido el cambio, se realizan unos cortes mínimos y se fijan los clips necesarios para moldear y dar una nueva forma a la oreja. Precio: desde 2.500 euros. ¿Dónde? Localiza tu clínica aquí.

2. Blefaroplastia

Las bolsas envejecen mucho la mirada y son una preocupación para los hombres entres los 35 y los 60 años, según el doctor Juárez. “Consiste en quitar el exceso de piel que sobra en los párpados superiores y en retirar las bolsas de grasa en los párpados inferiores a través de unas incisiones mínimas en la conjuntiva”, explica el cirujano plástico Antonio Tapia. Se realiza con anestesia local y sedación, de forma ambulatoria. Y los hematomas se van a los 15 días. ¿Su precio? Desde 3.000 euros. ¿Dónde? En Doctor Antonio Tapia Cirugía Plástica y Estética.

3. Rinoplastia

Los hombres de entre 20 y 35 años desean suavizar la punta cuando es muy ancha y la proyección cuando es muy marcada, además de modificar su perfil, según el cirujano Juárez. “Se realizan unas incisiones dentro de la nariz y en el tabique que separa las fosas nasales, se lima el hueso, adaptan los cartílagos y estrecha la forma”, describe el Dr. Juárez. Se realiza con anestesia general, de forma ambulatoria y los hematomas tardan 15 días en desaparecer. Hay que llevar puesta una férula durante 7 días. Precio: desde 5.000 euros. ¿Dónde? En Doctor Ángel Juárez.

4. Mentoplastia

La solicitan cada vez más los hombres entre los 30 y los 40 años para conseguir un mejor perfil y marcar más el mentón, apunta el doctor Juárez. “Se pude realizar poniendo unas prótesis de silicona a través de una incisión por dentro de la mandíbula y, en ocasiones, también en el pliegue del mentón. O bien, limando y deslizando el hueso madibular”, detalla el experto. Se realiza con anestesia general, de forma ambulatoria. Precio: desde 4.000 euros. ¿Dónde? En Doctor Ángel Juárez.

5. Ginecomastia

Afecta a un 40-60% de los hombres que desarrollan una glándula mamaria como la de una mujer durante la pubertad o por el consumo de anabolizantes. Según Junco, “se trata de extirpar por la areola la grasa sobrante y la glándula mamaria que se ha desarrollado excesivamente". Es una técnica ambulatoria, que se realiza con anestesia local y sedación”, describe el experto. En cuestión de 15 días se puede hacer vida normal. Precio: 3.500 euros. ¿Dónde? En Doctor Óscar Junco Cirugía Plástica y Estética.

6. Liposucción

Esta cirugía la solicitan los hombres de entre 35 y 55 años preocupados por los michelines, asegura el doctor Juárez. “Con unas cánulas se aspira la grasa acumulada en los flancos y el abdomen, exactamente por encima y por debajo del ombligo. Y en algunos casos también del pecho si hay acúmulo”, asegura el experto. Se realiza con anestesia local, de forma ambulatoria y hay que llevar puesta una faja compresiva durante un mes. Precio: entre 4.000 y 6.000 euros. ¿Dónde? En Doctor Ángel Juárez.

Fuente: http://ow.ly/pATt308bYSW