Cómo ir en bata y ser cool sin perder la dignidad en el intento
Todas quisiéramos ser Veronica Lake enfundada en los magníficos camisones de encaje que lucía en 'Me casé con una bruja' (1942) o Rita Hayworth saludando por primera vez a Glenn Ford vestida con su elegante negligeé en 'Gilda' (1946). Y, por supuesto, todas desearíamos desvestirnos como Elisabeth Taylor en 'La gata sobre el tejado de zinc' (1958) para dejar al descubierto ese gomoso camisón blanco con el que seducía a un jovencísimo Paul Newman.
Pero, lamentablemente, hay que aterrizar de este glamour hollywoodiense y encajar la cruda realidad: la bata de estar por casa a nosotras no nos queda igual que a las diosas del celuloide. Aceptémoslo y hagamos un ejercicio de humildad. Puede que estemos lejos de la sensualidad innata de Marilyn Monroe. Está bien. Aunque tampoco hay que tirar la toalla. Simplemente hay que buscar el punto medio. Es decir, no hace falta que salgamos al rellano de la escalera con la bata a cuadros que nos regalaron las pasadas navidades. El batín puede ser cool y sexy, si sabes cuál usar y en qué situación. Si eliges bien, ahora podrás salir con una a la calle y ser lo más. A continuación, varios tips para saber cuáles utilizar y cuándo.
Para estar por casa
Además de los modelos fabricados en lana, existen otras batas más ligeras con las que estar por casa cómoda y sexy (Foto: Zara)
"Hoy en día utilizamos la bata, sobre todo, para resguardarnos del frío. Pero gracias a los múltiples tejidos y diseños que ofrecen las firmas de moda, la ropa de estar por casa puede ser también un reflejo de nuestro estado de ánimo y nos podemos sentir cómodas sin perder un ápice de feminidad", apunta la estilista María Combalia.
Si lo que quieres es estar cómoda en tu casa, busca prendas que sean suaves, cálidas, gustosas al tacto y aislantes de las inclemencias del frío. Por ejemplo, tejidos polares, lana, felpa, guata, e incluso de toalla.
En verano opta más por modelos de seda, lino o punto. Y si lo que quieres es darle un punto sexy, vete, sin duda, al camisón de encaje o al negligeé con transparencias.
Para salir a la calle
Ya ocurrió con el pijama y ahora es el momento del batín, que sale del dormitorio y se convierte en tendencia máxima en la calle. Gigi Hadid, Kim Kardashian o la reina del street style Gilda Ambrosio son prueba y evidencia de que la bata se libera de su estigma doméstico para convertirse en una de las prendas de la temporada. "Se llevan cortos, largos, anudados o abiertos. Pero el tejido omnipresente y ganador del Oscar al glamour es el terciopelo", señala Combalia.
El terciopelo triunfa como tejido en batas aptas para sacar a la calle
En este caso, lo puedes llevar como vestido y combinarlo con prendas básicas, como unos jeans y unos botines. Los básicos como una camiseta blanca o un top de tono neutro son lo que compensarán la posible ostentosidad del tejido. O si quieres darle un toque más sport, no dudes en ponerte unas sneakers y un bolso deportivo y camina cómoda.
Para cada situación
Materiales como la seda o los estampados orientales son perfectos para sacar el batín a la calle (Foto: Zara)
Si lo que pretendes es sumarle elegancia, tus aliados serán, como siempre, los complementos: un collar, unos pendientes, unos zapatos, un cinturón o un clutch son el detalle que marcarán la diferencia para dar el salto al look más refinado. En un entorno más laboral, apuesta por modelos de inspiración masculina, como los batines a rayas diplomáticas o de estampado geométrico.
Más de cara la primavera y a la época de festivales, atrévete con los tejidos de inspiración oriental tipo quimono y materiales como la seda. En definitiva, las opciones son infinitas. Transparentes, románticos, aterciopelados, lisos o florales. La cuestión es que los esquemas han cambiado y los de la bata de toda la vida también. Sácale partido y conviértela en tu prenda de temporada. Tanto dentro, como fuera de casa.
Fuente: http://ow.ly/YEI93082jS0
La dieta japonesa puede disminuir el índice de mortalidad en un 15%
¿Palillos o cuchillo y tenedor? Según un estudio publicado en The BMJ , los que escojan los primeros utensilios tienen unas probabilidades más altas de vivir más tiempo. Este es un comentario ligero, pero es cierto que las mujeres japonesas viven más tiempo que la media del resto de los humanos: 87 años. Y la de los hombres es de 80 años, lo que no les deja en mal lugar.
Su longevidad parece estar relacionada directamente con los componentes de su dieta, rica en plantas, pescado y frutas, según los resultados de la investigación mencionada anteriormente. Para llevarla a cabo, los científicos estudiaron los comportamientos alimenticios de 79.594 personas durante 15 años y llegaron a la conclusión de que los individuos que comían siguiendo el régimen nipón de manera más estricta tenían una esperanza de vida un 15% superior a la de los demás.
Sushi (Tarick Foteh / Getty)
La muestra representativa de la encuesta estaba integrada por personas de todo el país con edades comprendidas entre los 40 y los 70 años. Se les entregó un cuestionario dietético que tuvieron que volver a rellenar cinco años después. Entre los alimentos que aparecían en el cuestionario estaban el arroz, la leche de vaca, el tofu, filete de ternera, las mandarinas o la cerveza. Así, hasta llegar a 147.
Dependiendo de lo bien que se ajustasen a la dieta recomendada según las “guías japonesas”, las personas recibían una puntuación u otra. Así, después de 15 años de seguimiento, los científicos podían relacionar el tipo de dieta con enfermedades como el cáncer o las afecciones cardiovasculares. Una de las sorpresas fue que las personas con puntuaciones más altas (dato positivo) fueron mujeres, bebedoras de té verde y consumidoras de altos niveles de calorías.
Sushi (Getty)
En el caso de la primera enfermedad su relación con la alimentación no quedó del todo clara. Tener una buena dieta parece beneficiar personas de peso adecuado, pero ese vínculo no es significativo en personas con sobrepeso u obesidad. Se necesitan más investigaciones para determinar quiénes se benefician y por qué, señalan los investigadores.
En relación a las enfermedades cardiovasculares, las personas que tenían una dieta rica en pescado, vegetales y frutas tenían menos probabilidades de morir por dicha causa. Teniendo en cuenta los resultados de dicho estudio, a las personas que tienen hábitos de alimentación diferentes a los nipones pueden incluir algunos de los hábitos alimenticios de dicho país para mejorar su salud: algunos son tan fáciles como el aumento del consumo de frutas y verduras.
Sushi (omer sukru goksu / Getty)
Fuente: http://ow.ly/bQHO3082jB5
Siete signos de que te estás pasando con el azúcar
La OMS recomienda que el consumo de azúcares libres se limite a menos del 10% de la ingesta calórica total, sin embargo no siempre cumplimos esta premisa. El azúcar es delicioso y la vida muy injusta, ya que tomarlo en grandes cantidades puede impactar de forma grave en nuestra salud. Para ello, debemos conocer la manera en la que nos afecta.
Entonces, ¿cómo saber si estás comiendo demasiado? Aquí explicamos una serie de síntomas y consecuencias que detalla Ramón De Cangas, dietista-nutricionista, doctor en Biología Funcional y Molecular y miembro del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España, que pueden alertarnos de si ingerimos en exceso.
1. Cuánto más azúcar comes, más quiere tu cuerpo
A veces parece que es un círculo vicioso que no tiene fin: comes un dulce y al rato el cuerpo te vuelve a pedir otro.
“Cuando consumimos azúcares simples, como la sacarosa, se produce una rápida subida de la glucosa en sangre y una rápida elevación de la hormona insulina que a su vez, contrarresta y provoca una disminución en los niveles de glucosa en el suero sanguíneo, con la consecuente apetencia de nuevo por consumir más azúcares”, explica el Dr. Ramón De Cangas.
Las dietas ricas en azúcares simples favorecen la liberación de endorfinas que provoca una sensación de bienestar y por tanto, la demanda de más comida de este tipo”
Dr. Ramón De Cangas
Dietista- nutricionista del Consejo General de Dietistas–Nutricionistas de España
2. No puedes para de consumirlo
Sí, es posible que seas “adicto” y por eso te pases tanto con el azúcar. La mala noticia es, que en el caso de algunas personas, se debe a motivos genéticos. En estas se produce una activación en distintas regiones del cerebro y un desorden genético, conocido como “síndrome de recompensa”, similar al que se produce con las drogas y la comida.
“Las dietas ricas en azúcares simples favorecen la liberación de endorfinas que provoca una sensación de bienestar y por tanto, la demanda de más comida de este tipo”, asegura De Cangas.
También desencadena la liberación de dopamina que puede influir en el comportamiento alimentario. “Hay que tener en cuenta también que ante la sensación de hambre es más probable que el cerebro demande la ingesta de alimentos densos energéticamente (ricos en azúcares) para saciarse antes”, continúa el doctor.
3. Tienes más granitos
Es posible que ese molesto e inoportuno acné que no te deja en paz desde hace unos meses se deba a que te estás excediendo en tu consumo de dulces. No obstante, existe bastante controversia sobre la relación entre la dieta y el acné ya que algunos expertos no terminan de encontrarla.
Ante la sensación de hambre es más probable que el cerebro demande la ingesta de alimentos densos energéticamente (ricos en azúcares) para saciarse antes”
Dr. Ramón De Cangas
Dietista- nutricionista del Consejo General de Dietistas–Nutricionistas de España
Mientras que otros estudios sugieren que “una dieta de baja carga glucémica se podría relacionar con una reducción en la severidad del acné. Por lo tanto, el consumo de azúcar podría ser contraproducente, desde este punto de vista, aunque todavía queda bastante por investigar en este aspecto”, indica el experto.
4. Te sientes más lento y cansado e incluso de malhumor
Puede que la culpa de que seas como un “oso perezoso” o que tu irritabilidad matutina se deba a la cantidad de azúcar que ingieres en tu desayuno o durante el resto del día.
“Su ingesta puede dar lugar a un “pico” de insulina que provoque una hipoglucemia y por tanto, un decaimiento físico e intelectual e incluso influir en el humor, de ahí que si el objetivo es mantenernos más horas con energía lo interesante es consumir fuentes de hidratos de carbono complejos de bajo índice glucémico (cereales de grano entero, fruta…)”, afirma el nutricionista.
5. Aumentas de peso
Parece algo obvio, pero muchas veces culpamos a otros factores externos en vez de pensar en que se debe a un mal hábito alimenticio.
Una dieta de baja carga glucémica se podría relacionar con una reducción en la severidad del acné, aunque todavía queda bastante por investigar en este aspecto”
Dr. Ramón De Cangas
Dietista- nutricionista del Consejo General de Dietistas–Nutricionistas de España
“El azúcar aporta sólo kilocalorías vacías y tiene un bajo poder saciente, por ello una dieta rica en azúcares acabará siendo una dieta rica en energía y “ de mala calidad”. Numerosos estudios relacionan al exceso de azúcar como un factor de riesgo muy importante de sobrepeso y obesidad”, asegura De Cangas.
6. Tienes más caries
En nuestra boca hay bacterias que conforman la placa que se desarrolla de forma continua sobre encías y dientes. En ocasiones no es suficiente con un buen cepillado diario para eliminarla.
“Estas bacterias utilizan como sustrato el azúcar y se produce ácido que daña el esmalte de los dientes (al reducirse el PH), provocando un pequeño agujero que puede agrandarse de forma progresiva y originar una caries. Por ello, consumir azúcar sí incrementa el riesgo de padecer caries y cuanto más azúcar se consuma más ácido se producirá”, señala el doctor.
Las bacterias utilizan como sustrato el azúcar y se produce ácido que daña el esmalte de los dientes (al reducirse el PH), provocando un pequeño agujero que puede agrandarse de forma progresiva y originar una caries”
Dr. Ramón De Cangas
Dietista- nutricionista del Consejo General de Dietistas–Nutricionistas de España
7. No puedes pensar con claridad
¿Nunca te ha pasado que tienes como una “neblina cerebral” que te impide pensar con lucidez o estar activo? El exceso de dulce podría ser otro de los motivos de que te sientas más lento a la hora de hacer tareas que requieren un esfuerzo intelectual.
“Aunque una dieta rica en azúcar se relaciona con mayor riesgo de sobrepeso y obesidad y con un incremento del riesgo cardiovascular y metabólico, se ha visto que se puede mejorar la memoria en sujetos con deterioro cognitivo leve y que tienen resistencia a la insulina cuando se les trata con fármacos que les permite superar ese problema, lo cual sugiere que para evitar el deterioro cognitivo un punto importante es limitar los azúcares simples”, concluye.
Fuente: http://ow.ly/QeaT3082jgX
Sí, los hombres también fingen en la cama
Se han escrito infinidad de artículos para ayudar a los hombres a descubrir si su novia finge en la cama y si ese repertorio de gemidos, no es más que puro teatro. Pero la realidad indica que no son las féminas las únicas que interpretan. Estos son los hechos que demuestran que ellos también mienten en la cama.
Mentiras en el dormitorio
La sombra de la duda siempre ha planeado sobre las mujeres, pero parece que algunos hombres no son del todo sinceros. Un grupo de científicos de la Universidad de Quebec en Montreal, estudió a 320 hombres, de entre 18 a 29 años, que habían afirmado fingir un orgasmo al menos una vez durante su relación actual.
De hecho, aseguraron mentir en una cuarta parte de sus encuentros y, con mayor frecuencia, durante el sexo vaginal. Aunque, un par de encuestados también afirmó fingir durante el sexo oral, anal y la masturbación.
Otro estudio de la Universidad de Kansas reveló que el 50% de las mujeres encuestadas había interpretado alguna vez el momento del clímax y el 25% de los hombres también. Las razones que los movieron al engaño fueron las mismas por las de las féminas.
Tal y como recogió la encuesta Trojan Charged Sex Life realizada en diez ciudades norteamericanas, un 60% de las féminas declaró haber actuado alguna vez, mientras que la proporción en el sexo masculino fue solo del 19%.
Las razones del engaño
El creciente interés de los hombres por ser buenos amantes provoca que se preocupen más del placer ajeno que del propio (Matt Dutile / Getty)
El cansancio, haber bebido alcohol en exceso, una la relación no del todo satisfactoria o el miedo a herir los sentimientos de su pareja son los motivos que llevan al hombre a fingir el orgasmo.
“Es un problema que siempre ha existido, pero ahora se habla más del tema”, indica Francisca Molero, codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona. Según cuenta, los cambios de roles en el sexo tienen que ver en ese asunto. “Por ejemplo, una de las realidades a las que se enfrentan los hombres es la mayor demanda de la eyaculación retardada”, continúa.
Asimismo, el interés por ser un buen amante hace también que los hombres se preocupen más del placer de la pareja que del propio. “Por ello, no hay un estímulo sexual progresivo necesario para que haya una eyaculación y un orgasmo”, continúa la experta.
Pero, ¿existen los orgasmos secos?
Llegar al clímax sin descarga es posible, pero también lo es disfrutar de la relación sexual sin alcanzar el orgasmo. Sin embargo, para algunos es posible disfrutar de este estado sin eyacular.“Es cierto que el orgasmo no es la eyaculación en el 100% de los casos, pero en los hombres normalmente siempre va de la mano. En hombres jóvenes es más raro, a no ser que sea gente que practica sexo tántrico”, indica la sexóloga.
Existe un falso mito de que una relación es satisfactoria si culmina en un orgasmo”
Francisca Molero
Codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona
La mayoría de los varones que fingen se ayudan del preservativo, ya que una gran cantidad de mujeres no comprueba el estado del profiláctico tras una relación. “Existe un falso mito de que una relación es satisfactoria si culmina en un orgasmo. Debemos tener en cuenta que la sexualidad es mucho más que eso, es divertirse, descubrir y dejarse llevar”, recomienda la experta.
Fuente: http://ow.ly/9wHc3082iVg
Cómo ser muy perfeccionista puede arruinar tu vida #sexual
El incesante esfuerzo por alcanzar la perfección y los estándares más elevados de impecabilidad es un rasgo bastante común. Aunque siempre está asociado a los dominios “mas visibles” de nuestras vidas -como en la escuela, el trabajo o nuestras tareas diarias-, también puede extrapolarse a situaciones privadas o íntimas, como el sexo.
Hasta ahora, las consecuencias a largo plazo de dicho perfeccionismo en la vida sexual no habían sido exploradas. Pero, un equipo de psicólogos de la Universidad de Kent (Reino Unido), liderado por el profesor Joachim Stoeber, se dispuso a cambiar esto.
Tras realizar varias encuestas sobre cómo las expectativas y las creencias personales e interpersonales afectaban a la sexualidad de las 366 participantes, los investigadores descubrieron que había cuatro formas de perfeccionismo sexual.
- La primera está orientada hacia uno mismo. Es decir, cuando una persona se aplica los estándares perfeccionistas a sí mismo como pareja sexual.
- La segunda es cuando aplicas estos estándares a la pareja.
- La tercera, el “compañero mandón”, cuando es tu pareja sexual la que impone los estándares.
- La cuarta, cuando da la sensación de que la sociedad impone los estándares.
Dos de ellas pueden llegar a causar verdaderos problemas en la relación sexual
Un compañero demasiado exigente
Los compañeros muy perfeccionistas pueden hacer que disminuya la autoestima de las mujeres y aumenten sus niveles de ansiedad (gpointstudio / Getty)
Los “compañeros mandones” hacen que las mujeres tengan una percepción equivocada de sus capacidades sexuales y que disminuyan sus habilidades para excitarse, según las conclusiones del estudio. Incluso, comprobaron que este tipo de perfeccionismo sexual hace que se reduzca la autoestima de las mujeres y aumenten sus niveles de ansiedad.
Esta investigación pone de manifiesto que la disfunción sexual femenina puede no deberse solo a un desequilibrio hormonal o químico. Aunque las hormonas juegan un papel fundamental, la parte psicológica es muy importante, así como la comunicación entre la pareja.
El sexo y la sociedad
perfeccionista (BraunS / Getty)
Como consejo para evitar que ser perfeccionista conlleve problemas la sexóloga recomienda dejarse llevar y perder el control al ritmo de la música (BraunS / Getty)
Algunos mitos y estereotipos sociales sobre el sexo pueden ser motivo de frustración.
“Las personas tienen tres dimensiones fundamentales: la cognitiva, la sensorial y la emocional. En el tipo de sociedad en que vivimos, prima la parte cognitiva. Es decir, todo lo que sea eficacia, eficiencia y control está absolutamente reforzado y potenciado”, señala la codirectora del Institut de Sexología de Barcelona, Francisca Molero.
Es necesario que haya un equilibrio entre las tres dimensiones. Pero, a nivel social la parte sensorial es la que tenemos más deficiente y es la más importante en la sexualidad, explica la experta.
Los compañeros demasiado exigentes hacen que las mujeres tengan una percepción equivocada de sus capacidades sexuales”
Por ello, “cuando hablamos de disfunciones sexuales, es porque el lado racional es el que está dominando en la respuesta”, afirma Molero.
Para evitar problemas en las relaciones sexuales es necesario equiparar ambas. Algo que resulta imposible, según la experta, “si estás controlando que lo que te están haciendo es suficientemente bueno o si estás o no cumpliendo con las expectativas”.
Como consejo para evitar que ser perfeccionista conlleve problemas la sexóloga recomienda dejarse llevar y perder el control al ritmo de la música: “que, un par de veces a la semana la pareja se ponga una música bailable y se mueva sin ningún tipo de ritmo o control, totalmente a lo loco, intentando separar cuerpo y mente”.
Fuente: http://ow.ly/2qIO3082iGg