San Isidro: con figuras y toros flojos, bronca segura

Lunes 16 de Mayo del 2016

Roca Rey, en una larga cambiada de rodillas al quinto bis

Roca Rey, en una larga cambiada de rodillas al quinto bis - Paloma Aguilar

«Madrid. Domingo. Calle de Alcalá./ Miro por las ventanas abiertas el tumulto/ que corre al coliseo de toros; en mis venas/ se despierta la fiebre de un viejo instinto oculto/ que enciende en mis pupilas curiosidades llenas/ de amor... ¡A los toros!» Lo escribe un limeño –como Andrés Roca Rey–, el modernista José Santos Chocano. Se ovaciona a Don Juan Carlos, que vuelve a los toros, acompañado por la Infanta Elena y su hija.

Don Juan Carlos, Doña Elena y Victoria Federica

Don Juan Carlos, Doña Elena y Victoria Federica- Paloma Aguilar

La flojedad de los toros de Juan Pedro da al traste con un cartel de gran expectación. La historia se repite: con toros que se caen y tres sobreros, es justo que el público se enfade.

Confirma su alternativa el extremeño Posada de Maravillas, de ilustre dinastía. En el primero, maneja el capote con estética barroca; brinda a Luis Álvarez, su apoderado; el toro es pegajoso y la faena no remonta. Pincha, entrando de lejos. El sobrero de Mayalde saca casta pero le hacen entrar tres veces al caballo y cinco, pasan los banderilleros. Posada brinda a Don Juan Carlos y se justifica con decisión. Nada más.

Con dos reses anodinas, Talavante no tiene opciones. Al segundo no le pegan (como a todos sus hermanos): protestas. La gente aplaude que, esta vez, sí brinde Talavante a Don Juan Carlos. El toro enseguida se viene abajo, se apaga por completo: «como una gaseosa de bolita», decían antes. Mata mal: la gente se consuela con vivas a los toros, a España y al Rey. El quinto va y viene sin decir nada, además de caerse. Sólo puede esbozar algunos naturales. Vuelve a fallar con la espada.

Posada confirmó de manos de Talavante y en presencia de Roca

Posada confirmó de manos de Talavante y en presencia de Roca- P. Aguilar

Le toca a Roca Rey mantener el altísimo nivel del día de su confirmación. Se le recibe con expectación y exigencia. El tercero flojea y surge la bronca. En el brindis al Rey –me dicen– le invita a que acuda al bicentenario de Acho. Se escucha una voz: «Hay que venir con toros». Y no le falta razón. Andrés, muy sereno, liga algunas tandas excelentes por la derecha, con la mano muy baja; por la izquierda, aguanta los parones (ya le critican la arrucina, que antes fascinaba). Al pararse el toro, se mete entre los pitones. Suena el aviso, toreando; por eso, se precipita y mata mal.

En el quinto, en un quite, cae en la cara del toro, se libra por rodar muy ágilmente y el toro también se cae: lo devuelven. En el primer sobrero, protestado por chico, acalla las voces recibiéndolo directamente con el capote a la espalda: un gesto de torero. Pero el toro también se cae y es devuelto. (La gente sólo se consuela de tanta devolución escuchando el chotis «Madrid», de Agustín Lara, y «Los nardos», de «Las Leandras», que cantó Celia Gámez). El nuevo sobrero, de Marca, también claudica: se mete en su terreno sin éxito; cuando el toro se para, acierta al no prolongar. Le ha funcionado la cabeza. Esta tarde no ha habido suerte pero la gente sigue hablando y discutiendo de Roca Rey: es la miel y la hiel de que, en Las Ventas, ya se le considere figura del toreo.

Toro al corral

Toro al corral- P. Aguilar

Fuente: http://www.abc.es/cultura/toros/abci-directo-talavante-roca-y-posada-toro-toro-san-isidro-201605151747_directo.html